viernes, 21 de mayo de 2010

LA COSMÉTICA Y EL BICENTENARIO


Si queremos hablar de belleza, cosmética, maquillaje… y su historia, nos tenemos que remontar a épocas muy lejanas; desde la prehistoria, pasando por la historia antigua Egipto, Grecia, Roma, ya vamos a encontrar indicios de la utilización de algún tipo de cosmético y de prácticas para resaltar la belleza y mejorar el aseo.

¿Pero que sabemos de la cosmética en nuestras tierras y su historia en los últimos 200 años?

Para hablar de ello primero nos tenemos que remontar a la Europa del Renacimiento, pues de allí hemos adquirido sus costumbres en el tema. A la Edad Media le sucede el Renacimiento, época en que los valores estéticos toman un nuevo impulso, olvidados desde Grecia y Roma.

La estética, en todos los campos creativos, llega a cotas refinadísimas. La belleza lo abarcará todo y por lo tanto la estética femenina formará también parte de esta armonía que envuelve la vida de la Italia renacentista. Este país se convertirá en el centro europeo de la elegancia. Las nuevas propuestas de la moda, la belleza y la estética salen de Italia para influir en las cortes de Europa. En el siglo XVI los monjes de Santa María Novella, crean el primer gran laboratorio de productos cosméticos y medicinales.

El ideal de belleza de las mujeres nobles italianas consistía en tener un cuerpo de formas muy curvadas, la frente alta y despejada, sin apenas cejas y la piel blanquecina. Tener el pelo rubio era sinónimo de buen gusto y para conseguirlo mezclaban los extractos más inverosímiles.

Los primeros tratados de cosmética y belleza aparecieron en Francia e Italia durante estos siglos. En 1573, en París se publica el libro “instrucciones para las damas jóvenes” y en Italia el libro de Catalina de Sforza “Experimentos”. En este libro encontramos toda clase de recetas de cosmética y perfumería, escritos sobre maquillaje, para corregir defectos del cuerpo e incluso reconciliar matrimonios.

En el siglo XVI Catalina de Médicis, interesada en todo lo referente a la estética, dedicó parte de su tiempo al estudio de ungüentos y combinaciones de cremas. Más tarde al convertirse en reina de Francia, llevó consigo a los mejores especialistas en perfumes de Florencia, quienes se impusieron en el arte de la perfumería.

Fue precisamente una de sus más intimas amigas quien instaló en París el primer Instituto de Belleza. A pesar de los cambios producidos, todavía la higiene personal dejaba mucho que desear. Las memorias personales de los nobles de la época relatan como a la reina Margarita de Valois le resultaba dificilísimo peinarse por lo enredado que tenía el cabello a falta de hacerlo más a menudo; o cómo se lavaban las manos una vez por semana.

Es en el siglo XIX es donde se suceden los primeros avances científicos sobre el tema y empieza en París un pequeño comercio relacionado con productos cosméticos. Hubo un nuevo cambio de costumbres higiénicas y el baño volvió a practicarse con la asiduidad que se permitía en la época. El primer jabón fue desarrollado por Procter en 1878, este producto producía abundante espuma.

Si nos remontamos a nuestro país, ARGENTINA, el comercio de carnes y cueros con los países europeos a través de los puertos de Buenos Aires; entre los años 1777 y 1810 época de los virreinatos, creó una “sociedad colonial” que comenzaba a consumir costumbres propias de París, Londres e Italia. A partir de la emancipación española, ocurrida en 1810, esas familias pertenecientes al área del poder gubernamental, políticos, estancieros, tesoreros de las casas importantes y de los empleados públicos conformaron una “Gran Aldea” donde las fiestas en clubes privados estaban reservados a una aristocracia porteña que competía en las exhibiciones terrenas. En 1820 la vestimenta femenina tradicionalmente española cambia por la moda francesa. Y junto a muebles, hierros, espejos, aljibes, monumentos de mármol, se empiezan a exponer perfumes, cosméticos traídos de Inglaterra y Francia.

“La porteña del tocador” óleo del italiano Descalzi, siglo XX, constituye un hermoso documento de esa época y costumbres.

La revista “La Moda” donde se incluían temas de música y poesía, literatura, comportamiento social y consejos sobre el cuidado de belleza, a mediados del siglo XIX.

En la ´”Gaceta de Buenos Aires”, diario fundamental de Mariano Moreno, periodista y patriota de la Independencia, se anunciaba el 2 de Agosto de 1817 la llegada desde París de LA POMADA DE LA REYNA para teñir las canas a un hermoso color castaño oscuro o negro y además del AZEITE IMPERIAL DE RUSIA para nutrir el pelo.

En 1819; los farmacéuticos Cramwell y Cía. ,ofrecían perfumes importados Atkinsons, Rigaud, Gosnellm, agua de colonia alemana “ farina”; cosméticos y accesorios.
En el Siglo XX, se desarrollaron fábricas de capitales argentinos, que tuvieron momentos de gran expansión ya en la primera mitad de este siglo y que a partir de entonces compiten con mucho éxito con productos de filiales extranjeras.

En los últimos 100 años ha tenido lugar el auge de la cosmética que la industria ha utilizado poniendo en el mercado productos nuevos y variados de calidad y eficacia que han modificado los hábitos de los usuarios.

Grandes científicos han estado al servicio de la cosmética, Otswald con la teoría de las dispersiones. Sörensen con la noción del pH, Wallach con la investigación en aceites esenciales y sustancias aromáticas, Harry con el amplio uso de ingredientes y formulaciones en cosmética. Zviak padre de la peluquería científica, Navarre con la química de la cosmética, Friberg desarrolló un nuevo concepto de estabilidad basado en estructuras de cristales líquidos.

Eventos sociales, políticos y de lanzamientos, han contribuido al desarrollo científico y utilización de cosméticos. La aparición del cine de color, la creación del make-up o fond de teint, por el maquillador de Hollywood Max Factor, el esmalte de uñas y lápiz de labios, el autobronceador, el serum...

En 1907 el químico Eugene Schüeller, inventó el primer tinte sintético para el cabello y en 1936 el primer filtro solar. En 1944 el farmacéutico de Florida, Benjamín Green, invento un aceite solar que convirtió en el famoso Copertone. Los productos para el bronceado de la piel hicieron su aparición en los años 50, después de que Chanel pusiera de moda el bronceado.
La primera guerra mundial tuvo un impacto significativo y supone un paréntesis en esta floreciente industria, que se recupera en los años 50. En 1950, sale al mercado la primera línea de cosmética masculina "Gureli".

En el mundo de los perfumes, en 1951 Coco Chanel, encargó el mítico Chanel nº 5 al perfumista Ernest Beaux. Actualmente la industria del perfume está dominada por los diseñadores de moda.

En los años 80 aparece el colágeno en la cosmética aunque el precursor fue un farmacéutico desconocido, Pierre Nement que desde mediados de los años 70 fabricaba y vendía una crema artesanal con este ingrediente.

El año 1986 pasará a la historia por el de los liposomas y otros grandes descubrimientos que se utilizan en la actualidad: función barrera y lípidos en la piel, ácido hialuronico, oligoelementos, alfahidroxiacidos, antioxidantes con el empleo de vitaminas A, C y E, que suponen un gran avance frente al envejecimiento.

En la actualidad los desarrollos a nivel científico son espectaculares, se han sintetizado ingredientes conocidos con anterioridad, aparecen nuevos sistemas de liberación, se han racionalizado los tratamientos por un más exhaustivo conocimiento histológico, bioquímico y medicinal, y se han logrado nuevas moléculas con efectos cosméticos espectaculares.
Los grandes retos actuales y de futuro de la cosmética van en la línea de la prevención y protección de las radiaciones, con el desarrollo de los filtros, la lucha contra los radicales libres, entre otras causas, que alteran estructuras de la piel, utilización de ingredientes de origen vegetal, empleo de medios de vehiculización que hacen más efectiva la cosmética actual.

La industria cosmética argentina ha mejorado merced a las exigencias de las entidades sanitarias, nacionales de la salud, de las asociaciones privadas: como la Asociación Argentina de Químicos Cosméticos (A.A.Q.C.), Cámara Argentina de la Industria de Productos de Higiene y Tocador (CAPA), entidades dermatológicas, de cosmetología, y por sobre todo por la demanda de un público que consume cosméticos y reclama cada día, mejor calidad y más efectividad. Es aquí donde los profesionales de la estética tenemos un papel más que importante: somos los encargados de recomendar el producto adecuado y las prácticas para una mejor utilización de los mismos, además de los tratamientos que realicemos en gabinetes, centros de estética, salones, SPA, etc.

Biocosmética Exel Argentina es un laboratorio de prestigio internacional que trabaja para dar nuevas herramientas de trabajo a los profesionales de la estética, y para hacer cada vez más grande la historia de este joven país.

En la semana de Mayo y en el año del Bicentenario, ¡VIVA LA PATRIA! (…y la cosmética).

Por Marcela Crivelli